Los accidentes y muertes en el trabajo han cobrado una magnitud inédita debido a los riesgos acentuados con la emergencia sanitaria, en particular han incrementado los riesgos psicosociales. Es por lo que, en el marco de la Jornada Internacional de Conmemoración de los Trabajadores Fallecidos y Heridos, el 28 de abril, hacemos un llamado a la acción reflexiva sobre el incremento de estos riesgos y sus perjuicios en la salud y contra la seguridad de los trabajadores.
La situación de pandemia en que nos encontramos desde hace más de un año, así como las condiciones laborales, de por sí precarizadas, acentúan la incertidumbre laboral. Además de representar una mayor carga de trabajo y un incremento de presión emocional que desemboca en un aumento de daños a la salud.
La complejidad de las condiciones del momento es visible, por un lado, con las muertes de trabajadores de la salud a causa de la exposición al SARS-Cov2. En algún momento se consideraron como muertes generales, es decir, se desconoció su asociación a su actividad laboral, con lo cual se invisibilizaron las implicaciones sociales y políticas de estas muertes causadas o asociadas a su trabajo. Amén de los efectos cognitivo/afectivos producidos por la exposición constante y prolongada al cuidado de enfermos graves y fallecidos.
Por otro lado, el llamado teletrabajo se ha convertido en riesgos para la integridad mental en virtud de que la fatiga, el distrés y la ansiedad se incrementan. Enormes contingentes de empleados del sector servicios, en particular el educativo, se han visto obligados a adoptar esta modalidad durante el aislamiento sanitario, en detrimento de su estado afectivo y cognitivo.
Finalmente, aunque de forma indirecta, el desempleo se está convirtiendo también en un riesgo importante para la integridad mental de los habitantes.
En el repunte económico de la crisis a nivel mundial en el que nos encontramos, así como el aumento de las tasas de desocupación y desempleo, han intensificado la incertidumbre, lo cual está moviendo a grandes franjas poblacionales a buscar opciones, que se traducen en formas emergentes de ocupación, trabajo informal o emigración, entre otras.
Todo ello tiende a incrementar y agravar tasas de accidentes y muertes asociadas al trabajo.
Ante este panorama y con motivo de la Jornada Internacional de Conmemoración de los Trabajadores Fallecidos y Heridos, insistimos en el cumplimiento del derecho al trabajo seguro y saludable.