Susana Martínez Alcantara
Universidad Autónoma Metropolitana
Unidad Xochimilco
En los últimos años se ha hecho cada vez más evidente una mayor distribución diferencial de la morbi-mortalidad en relación estrecha con la clase social de pertenencia. Ante ese fenómeno, diversas disciplinas como la Medicina, la Psicología, la Sociología, la Antropología, etc. se ha abocado a tratar de identificar cuáles son los determinantes que condicionan el proceso salud-enfermedad (tanto en lo biológico como en lo psíquico) en formaciones económico-sociales como la mexicana. Dichas disciplinas intentan así trascender el estrecho margen explicativo de los modelos médicos (unicausal y multicausal) y conceptualizarlo como un proceso de doble carácter: social y biológico, tanto por su esencia misma como por su determinación, evitando la bilogización del objeto, sin sociologizarlo y considerando que lo social no se constituye desde los individuos sino desde los grupos por su inserción en el proceso productivo.
Esta manera alternativa de conceptualizar al proceso salud-enfermedad le confiere un carácter social, lo ubica históricamente y demuestra que la causalidad no se limita a elementos biológicos únicos o ecológicos, sino que su determinación se busca en la manera como se insertan los grupos en formaciones socio-económicas específicas, tipificando asimismo a dicho proceso con un carácter clasista.
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